I´m a Pool-girl

Ahora soy una pool-girl, o lo que és lo mismo, una Piscinera. ¿Cómo os quedais?...Muerrrtoooossss. (Esto lo dice una amiga).

A mi currículum le faltaba este trabajo. La verdad que cuando me paro a pensar en lo que he trabajado, me entra la risa. He hecho de todo en esta vida.

Auxiliar Administrativo, Televenta, Camarera, Dependienta, Comercial, Actriz, Animadora de la BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones), Lavandera, Profesora de Teatro para niños en colegios, y claro, me faltaba Piscinera.

La mayoría de los clientes del hotel son ingleses, y casi todos viejecitos...y por ahora son encantadores....por ahora.

Así que si falto unos días por estos mundos, perdonadme. Estoy de acople con los horarios, hasta que se pongan de acuerdo los jefes.

Ya os contaré como me va con mi nuevo curro. Y por cierto, mi nivel de inglés va mejorando día a día....

Besos a todos.

Cuando cae la noche...

Cuando cae la noche y los pájaros se esconden en sus nidos,

las flores se encierran en sí mismas,

y el viento deja de soplar...

es, en ese mismo instante, cuando mi cabeza empieza a girar.

Noto un clic en el cerebro,

siento que la materia gris se despega del craneo,

mi mirada se pierde en el infinito,

y en mi casa se hace el silencio.

Entonces empiezo a pensar,

a una velocidad brutal,

cosas que nunca han pasado

y puede que nunca pasarán.

Pienso en nubes oscuras,

en tormentas eléctricas,

en tornados gigantes,

en olas que me tragan.

Me arrastran al centro de la nada,

al centro del mar,

a una oscuridad infinita

de la que no puedo escapar.

Y me duermo...

Y espero que vuelva la luz.

Maria empieza por mar

Maria se sentia cansada. Cansada de luchar cada día por su matrimonio, por su trabajo, por sus hijos, y ahora también, la enfermedad de su madre. Ya no podía más. Quería morir. No. Quería vivir, pero vivir una vida nueva. Sola. Sin nadie a su alrededor. Quería desaparecer. Ir a algún lugar donde no le conocieran. Empezar una nueva vida pensando solo en ella.

Cuando llegó a casa, se llenó la bañera de agua caliente. Se desnudó y se metió a disfrutar de los únicos quince minutos que tenía de soledad.

El agua estaba tan, tan caliente, que se desintegró. Se disolvió como una aspirina esferbescente.

Cuando vino su marido a casa, la buscó. Vió que la bañera estaba llena.

-¡Idiota! Es tan guarra que no es capaz de vaciar la bañera.

Y quitó el tapón. Y María se escurrió por la tubería. Y después de dos días de viaje por las entrañas de la tierra fué a parar al mar.

Y fué feliz.

Contradicciones de mi vida

Tengo un gato persa que cuando le hablo se hace el sueco.

Peso 55 kilos y me veo gorda.



Soy capaz de descender un barranco y me da miedo conducir.



A veces cuando quiero decir 'no' digo 'si'.



Me encantan los libros de viajes y no salgo de esta isla.



Yo quería unos zapatos de tacón rojos pero me los compré blancos.



Estoy de vacaciones y no hago más que trabajar en casa.



Cuanto más tarde llego a casa un sábado antes me levanto de la cama el domingo.



No me gusta mi cuerpo y me gusta hacer nudismo.



Me veo vieja y cuando me preguntan la edad, sin querer, digo un año más.

Pero como soy consciente de mi problema, deja de ser un problema y lo convierto en una anécdota de mi vida.

He vuelto

He vuelto.

A mirarme en tus ojos.

¿Qué he visto?

Dos mares

Dos soles

Dos lunas

Dos flores

Dos gotas de agua

Sólo te pido que no me quemes, ni me ahogues, ni me eclipses, ni me cortes, ni me inundes....

Quiéreme como soy porque no sé ser de otra manera

Volver a empezar

Esta noche renaceré, como ave fenix, de mis cenizas. Mientras duerma, lavaré mi alma para que mañana sea limpia.

Quemo una etapa de mi vida, pero no dejaré que la sombra de la incertidumbre se aposente en mi camino.

Andaré la vida del día a día.

Con luz.

?????

Como cada día, me he paseado por la red. Hoy me he dado cuenta que todo lo que YO tenía que expresar lo habian escrito (pero que muy bien):

-Belén in Red

-Haciendo camino

-Congo y yo

-Guillermo el Travieso

Hay veces que no sabemos como decir las cosas que sentimos, y otras personas lo hacen por tí.

Hoy es un día de esos.

Besos a todos.

Ya no sé que hablo

A ver si nos entendemos....

Soy de Zárágózá (lo pongo como se dice). Bueno, de un pueblo cercano. Y la verdad, tengo acento maño, para que lo vamos a negar. Es así y ya está.

Pero, ay la vida, ahora vivo en Mallorca. ¿Qué hablan aquí? Oficilamente, el Catalán, pero no os engañeis. Aquí relajan la mandíbula y no hay quien los entienda. Además, en 80Km. que hay de punta a punta de la isla, las variaciones del mallorquín son infinitas. En cada pueblo una lengua diferente.

Pues nada. A clases de Catalán, que te hablan en mallorquín y te dicen cómo lo tienes que hablar en el pueblo donde vives, para que te entiendan.

Pero no todo iba a ser tan fácil. Donde vivo es muy turístico. Hay más ingleses que el peñón de Gibraltar. Y los que llevan 10 años viviendo aquí, aun no saben diferenciar un

-¿Com va? ¿Va bé?

De un

-Hola, qué tal?

-Pues nada -me digo- habrá que refrescar el inglés del instituto. Y ya me tenéis con libros, diccionario, curso de pronunciación,....

Pero esto no acaba aquí. Resulta que llevo un año trabajando en una tienda donde mis compañeros de trabajo son o han sido argentinos. Y qué ocurre? que ahora ya no tengo líos, tengo kilombos, me cagan al pedo, y cuando me pongo recaliente los envío a la concha de su madre.

Así que a veces ya no sé que hablo. Pero he aprendido que se puede comer rancho, comer ensaimada de postre, tomarte un mate, y a las cinco de la tarde, hacerte un té.

Amiga

Me costó mucho hacerme a ella. Pero nos hicimos las dos. La una a la otra. Y fuimos inseparables.

Todo lo sabíamos. No había nada que ocultar. Y como las buenas parejas, hasta tuvimos nuestra crisis personal. Pero como ella decía, somos personas inteligentes, y pudimos con ello. Hacía tiempo que no utilizaba la palabra amiga.

Luego llegó el cambio. Yo me mudé. Y ella estuvo allí. Sabía que nos iba a doler, pero era inevitable. Me fuí, y no cerca. Ella siempre estuvo conmigo. Dándome ánimos. Ayudándome con cajas y más cajas. Separándome del dintel de mi puerta porque en el último instante me entró miedo de marchar.

Las llamadas de teléfono se fueron distanciando. Por pereza a veces, por poco tiempo, por lo que sea...y ayer, la llamada más dolorosa.

Ahora me necesita, o tal vez sea que yo la necesito. Necesito abrazarla y decirle que me tiene aunque esté lejos, que venga unos días conmigo, que llore en mi hombro...

Ayer fué un mal día. Espero que las nubes pasen pronto y que el sol nos ilumine un poco...

Tengo remedio para todos tus males

Tengo besos guardados, para darte las buenas noches si estás solo.

Abrazos de colores, para cuando necesites un poco de calor humano.

Caricias para repartir en todo tu cuerpo.

Mimos a raudales, si estás triste y pesaroso.

Palabras bonitas, por si necesitas apoyo.

Dos orejas bien abiertas, si quieres contarme algo.

Susurros al oido, si necesitas escuchar algo sentido.

Una cama bien grande, si te apetece dormir conmigo.

Sueños para conpartir, si quieres vivir a mi lado.

Tengo un corazón adornado con un enorme lazo rojo.

Hasta sexo (no sé si del bueno), si quieres meterte dentro.

Ah, y lo más importante, tengo todo el tiempo del mundo.

Dime...¿si curo tus males, compartirás tú conmigo los míos?

Porque me he dado cuenta que yo también necesito.

Mi horóscopo

Mi horóscopo del día me dice hoy, que la conjunción de planetas respecto al sol hace que sea el día idóneo para que mi trabajo sea reconocido. ¡Bieennn!

-Igual me suben el sueldo.....o igual mi jefe me hace sentar frente a él para decirme lo estupenda que soy en el curro, y que está supermegahipercontento de que trabaje para él. o tal vez mi compañero nuevo de trabajo me invite a un café y me diga que soy la mejor compañera que ha tenido en tiempo, y que se alegra de haberme conocido. o el proveedor que tengo todo el día al teléfono, me llame para decirme que como yo, no le hace los pedidos nadie. o el cliente ese nuevo que ha venido hoy, me diga que soy la mejor dependienta de toda la isla y que nos ha comprado a nosotros porque soy muy simpática y esas cosas, o...

O nada.

Nunca es tarde para decirlo

¿Recuerdas cuándo me subiste a tu dos caballos y me diste un paseo por el campo? Pusiste ese techo negro de plástico hacia atrás, y me dijiste:

-Ponte de pie. Agárrate bien. Cierra los ojos y siente el aire en tu pelo y en tu cara. ¡Aspira el aire! ¡Siéntelo!

¿Cuántos años tenía? ¿Siete, ocho? ¡Cómo disfruté!

Eras tan guapo. Enamorada me tenías. Y además me decían que eras muy inteligente. Y bueno. Muy bueno. A mí, sobre todo, me parecías guapo.

¿Recuerdas cuando venías a casa y me cogías en tus brazos? Yo me sentaba en tus piernas, y te miraba...te miraba con amor. No sé si a esos años se puede sentir eso, pero a mí se me aceleraba el corazón.

¿Te acuerdas que me decías que cuando fueses a Madrid, y te pusieras tu clínica, yo sería tu secretaria? ¡Cómo deseaba crecer para ir contigo.!

¿Y esa caja de acuarelas que me regalaste? Era tan grande que no sabía qué color elejir...

Pero luego caíste enfermo, y ya no nos querías ver. La última vez que te vi, estabas sentado en el sillón, con barba descuidada. Me diste un beso. Pero te sentí lejano.

Y cada mes de mayo, te recuerdo. En silencio. Porque nombrarte, aun después de tantos años duele.

Estés donde estés, Miguel, mi primo, mi padrino, mi amor secreto de infancia, solo decirte que todos te queríamos mucho. No nos diste tiempo a decírtelo. A mí no.

te echo de menos

Las niñas de pueblo...

...no pueden correr en la ciudad. Lo descubrí hace unos 30 años.

Yo me crié en una barrida de casas entre dos pueblos, no muy grandes. Mis amigos preferidos eran, por este orden: mi gata (y sus gatitos), la gata de la vecina, el perro del vecino, y todos los animales de la torre de mi amiga. Ella era afortunada. Tenía cerdos, gallinas, pavos, palomas, conejos, gatos, perros y más tarde, hasta un pony. ¡Esa casa era la bomba!. Me pasaba las tardes jungando a ser granjera, aunque mi madre no opinaba lo mismo cuando aparecia en casa con olor a mierda de cerdo. Pero a mí me gustaba. También me gustaba subirme a los árboles y comer alberjes verdes y luego beber agua, para demostrar a mi madre que no me entraban diarreas. Era una chica de campo, era fuerte. Ver las ovejas del Sr. Pascual era también divertido, y las cabras del Sr. Manolo. Pisaba charcos, jugaba con barro, me ensuciaba de hierba...en fin, lo normal.

Un día fuimos de visita a casa de mi tia, en un pueblo cercano. Cuando mi padre aparcó el coche en la plaza, junto a la casa, mis ojos no podian creer lo que veian. ¡Asfalto! Aún recuerdo ese olor por primera vez. Se me abrieron los pulmones y me escocía la garganta.

No pude contener el impulso de correr por esa plaza gigante y probar el nuevo y desconocido piso bajo mis pies. Y me lancé. Corrí y corrí y y corrí...y me caí.

Y sollozando, me dí cuenta que las niñas de pueblo no pueden correr en la ciudad.

¿Dónde estás?

Durante diez años tuve fe, pero no estaba allí.

Recorrí los nueve pisos de mi edificio, pero tampoco la encontré.

Ocho veces la llamé a gritos en la cueva, y nunca me contestó.

Navegué por los siete mares, pero ni la ví.

Creí que aparecería en el sexto mes, pero no fué así.

Cinco continentes visité, pero no tuve suerte.

Le pregunté a los cuatro conocidos que tengo por ella, y no la conocían.

Le envié tres cartas, pero nunca se dignó a responderme.

Dos noches pasé en vela intentando verla, pero en la ocuridad tampoco se esconde.

Una sola vez la tuve...

¿Cuánto tiempo ha de pasar hasta que vuelva?

Hay veces

Hay veces que pienso tanto, tanto, que el cerebro se me vuelve líquido, y se me escapa por las orejas. Ese líquido viscoso baja, poco a poco, por mi cuello y va a parar a mis pechos.

Es entonces cuando salgo desnuda a la terraza, y dejo que las gaviotas me picoteen.

Cuando ya están saciadas, las espanto con un grito, mezcla de dolor, odio, repulsa y placer. Se van volando y yo me quedo satisfecha. Con mi cuerpo dolorido, pero viva.

Más viva que nunca

Es el momento de llamarte, en susurros. Y tú, siempre tú, vienes en mi ayuda. Tu lengua, tus besos y tus caricias, curan mis heridas.

Temo que un día tenga que ahuyentar a las gaviotas a susurros y llamarte a gritos. ¿Serán ellas, entonces, las que me curen.?

Pero hasta entonces, hasta que eso ocurra, seguiré disfrutando del momento.

Los demás y yo

Es curioso como te ven los demás. Casi nunca coincide con la opinión que tenemos de nosotros mismos. Yo, por ejemplo, me veo vieja. Y sin embargo no paran de repetirme que no estoy nada mal para mi edad. Aunque si lo piensas friamente, en realidad, igual quieren decir, que sí, que estoy vieja, pero no tanto como yo creo. Tal vez.

Mi trasero. Odiado hasta la muerte, pero hay quien lo encuentra atractivo. ¡Qué raros son los hombres!

Y mi alma. Yo me veo normal. No doy saltos de alegria, pero tampoco me paseo como alma en pena. Eso es lo que yo creo.

Pero hoy me han dicho como me ven. Los de afuera. Los que no están dentro de este cuerpo. Los me cruzo por la calle. Los que trabajan conmigo.

Eres una persona triste.-me han soltado a mitad de mañana.

Y es posible que así sea, pero es curioso. Cuando me han definido, de mi boca, se ha escapado una sonrisa.